domingo, 8 de marzo de 2009

Geografía de Chile


RESUMEN DE CONTENIDOS DE GEOGRAFIA DE 1º MEDIO

Geografía de Chile

Chile es una república cuyo territorio se extiende por el oeste y suroeste de Sudamérica; limita al norte con Perú, al este con Bolivia y Argentina, y al sur y al oeste con el océano Pacífico. De norte a sur tiene una longitud aproximada de 4.300 km y una anchura cuyo promedio es de 177 km.

En la costa meridional de Chile se encuentran una serie de archipiélagos, desde Chiloé hasta las islas Diego Ramírez, el punto más meridional del continente sudamericano; entre ellos pueden mencionarse el archipiélago de los Chonos, el archipiélago de las Guaitecas y la parte occidental de Tierra del Fuego. Otras islas pertenecientes a Chile son las de Juan Fernández, la isla de Pascua, la de Sala y Gómez y la de San Félix y San Ambrosio, todas ellas en el Pacífico sur.

El país tiene una superficie total de 756.626 km2. Además, Chile mantiene una soberanía histórica en la Antártica, entre los 53º y los 90º de longitud Oeste.

La capital y principal ciudad es Santiago, con una población superior a los 5.000.000 de habitantes.

Territorio y recursos
La característica física dominante de Chile es la cordillera de los Andes, que nace en la guajira colombo-venezolana y recorre el país de norte a sur, hasta Tierra del Fuego.

Regiones fisiográficas
El relieve es un elemento geográfico decisivo en el poblamiento y en la economía. Chile es un país de montañas, las planicies sólo representan el veinte por ciento de superficie. Este rasgo condiciona con fuerza la distribución de la población, la que se concentra sobre las planicies litorales y la depresión intermedia. Solo en el norte desértico, en que las precipitaciones crean una faja de pastos por encima de los 2.500 m. sobre el nivel del mar, hay población humana en altura. En el resto del país los asentamientos humanos descienden: en Santiago a 1.400 m, en Curicó a 1.000 m y en Llanquihue a 700 m. Hacia el sur, el hombre sólo se establece en las partes bajas.

Sin embargo, si la montaña chilena, ubicada en medios templados, no favorece el poblamiento, no podemos por ello olvidar el papel que cumple como generadora de precipitaciones. Su carácter de reserva de aguas y de nieve origina los ríos que irrigan la depresión intermedia y posibilita la obtención de energía eléctrica. Además, la montaña encierra cuantiosos tesoros minerales. La montaña es un elemento esencial en el funcionamiento del sistema geográfico chileno.

Chile puede dividirse longitudinalmente (en forma vertical) en tres regiones morfológicas: la majestuosa cordillera de los Andes al este, la cordillera de la Costa al oeste, y el área de la meseta y el valle Longitudinal o depresión Intermedia, ubicada entre ambas cadenas. Latitudinalmente (en forma horizontal), se distinguen tres importantes regiones geográficas y climatológicas: la septentrional (árida), la central (mediterránea) y la meridional (templada oceánica).

La cordillera de los Andes es más ancha en la región septentrional, en donde se encuentran amplios macizos y numerosas montañas con altitudes superiores a los 6.100 metros. Allí se sitúa el monte más alto del país, el Ojos del Salado (6.893 m).

La depresión Intermedia está ocupada por el extenso desierto de Atacama, el más árido del mundo. Éste ocupa parte de la depresión Intermedia del Norte Grande. En algunos sectores esta planicie se encuentra interrumpida por cordones montañosos.

En la zona central, la meseta cede su lugar al valle Longitudinal, de unos 965 km de longitud y una anchura que oscila entre los 40 y los 80 km, que es la zona más poblada del país. La fértil área entre los ríos Aconcagua y Biobío constituye el corazón agrícola de Chile. Los Andes centrales son menos anchos y más bajos que los septentrionales; aquí se encuentran los pasos fronterizos más importantes de los Andes y del país.

La región meridional (al sur) se caracteriza por no albergar a la depresión Intermedia, ya que ésta desaparece en el seno de Reloncaví. La costa está delimitada por largas cadenas de islas y fracturada por numerosos fiordos. En los Andes meridionales, la altitud rara vez supera los 1.830 metros.

La cordillera de los Andes —como ya dijimos— es una de las mayores cadenas montañosas de la tierra. Estudios geomorfológicos sostienen que en el extremo austral se prolonga en forma submarina, emergiendo en las Antillas australes, y finalmente en la Antártica. Allí, en la Tierra de O'Higgins, sus cumbres alcanzan los 3.000 m.

Constituye un muro imponente, cuya altitud desciende paulatinamente de norte a sur, desde las alturas del Nevado Ojos del Salado (6.893 m) en la provincia de Atacama, hasta las modestas cumbres de Darwin (2.135 m), en la provincia de Magallanes.

La cordillera de los Andes se extiende a lo largo de nuestro territorio en medios templados y fríos. Sus colosales alturas en la vertiente occidental tienen importancia climática y económica. Actúa como biombo climático, intercepta las masas de aire húmedo occidentales y las obliga a elevarse y precipitar sobre su vertiente. Así, es como se transforma en la reserva de aguas y de nieves que genera a los ríos. Estos atraviesan transversalmente nuestro país y sirven para el riego de los campos de la depresión intermedia, abastecen de agua las aglomeraciones urbanas y permiten la obtención de energía a través de plantas hidroeléctricas.

Chile se encuentra en una zona geológicamente inestable y sufre periódicamente los efectos de la actividad sísmica y volcánica.

Hidrografía
Los numerosos ríos de Chile son relativamente cortos; nacen por lo general en los Andes y fluyen en dirección oeste hacia el Pacífico. En las regiones septentrional y central se alimentan fundamentalmente de las nieves eternas que cubren los Andes. Los ríos más importantes son, de norte a sur, Lluta, Loa, Elqui, Limarí, Choapa, Petorca, La Ligua, Aconcagua, Maipo, Rapel, Maule, Biobío, Imperial y Toltén. Aunque de valor limitado para la navegación debido a sus cascadas, son vitales para el regadío y la producción de energía hidroeléctrica. La mayoría de los grandes lagos chilenos, entre ellos el Llanquihue, se concentran en la maravillosa región lacustre del sur.

Clima
Debido a su gran extensión latitudinal (en sentido vertical), Chile cuenta con climas diversos. En general, en la costa las temperaturas son moderadas por la influencia del océano Pacífico.

La región septentrional (al norte) es casi enteramente desértica, una de las más secas del mundo; sin embargo, las temperaturas están moderadas por la presencia de la corriente fría de Humboldt. Las temperaturas de enero en Antofagasta y Santiago tienen un promedio de 20,6° C y 19,5° C, respectivamente; en julio la temperatura en Antofagasta alcanza los 14° C de promedio, y 8° C en Santiago.

Las temperaturas descienden cerca de 1° C por cada 150 metros de altitud en los Andes. Las precipitaciones se incrementan hacia el sur, y la región central goza de un clima mediterráneo. En esta zona, las precipitaciones suelen concentrarse en los meses de invierno (de mayo a agosto), variando desde un total anual de 375 mm en Santiago a los 12,7 mm en Antofagasta; los inviernos son suaves y los veranos relativamente cálidos. La región meridional se caracteriza por un clima más frío y en ella las precipitaciones se distribuyen equitativamente durante todo el año, llegando a un máximo de unos 5.080 mm en las cercanías del estrecho de Magallanes. La temperatura media anual en Punta Arenas, en el extremo meridional, es de 6,1° C. En el sur son comunes los fuertes vientos del oeste con influencia marítima.

Factores climáticos
Por su extensión en el largo y por la disposición de su relieve, el territorio chileno goza de una extraordinaria variedad climática, debido fundamentalmente a: la latitud, la orientación del relieve, el mar y a la Corriente de Humboldt.

Las presiones y los vientos
Frente a las costas del norte de Chile, entre los 30º y 40º de latitud sur, se ubica una zona de Altas Presiones Subtropicales. Dentro de ella encontramos el Anticiclón del Pacífico (A), que se caracteriza por una gran sequedad atmosférica, un marcado déficit de precipitaciones (pp), y por originar los vientos del W., SW. y NW., todos los cuales afectan el clima.

Al sur del país, entre los 50º y los 60º de latitud sur, las Presiones (P) descienden considerablemente, formando una zona de Bajas Presiones Subtropicales (B). Se establece, de este modo, una marcada oposición de presiones entre los extremos del país, altas en el norte y bajas en el sur.

El Frente Polar es la zona de contacto entre las masas de aire de origen tropical, cálido y húmedo, con las masas de origen polar, seco y frío. Debido a las marcadas diferencias térmicas entre ambas masas, se genera en la zona de contacto la mayor parte de las lluvias frontales en el territorio chileno.

La temperatura
Chile es un país de considerable homogeneidad térmica, a pesar de su extensión vertical (latitud). La diferencia de temperaturas medias entre Arica y el Cabo de Hornos es de sólo 15º, valor modesto para una diferencia de 39º de latitud.

Dos grandes factores explican esta homogeneidad térmica: la influencia del mar siempre presente y la corriente de Humboldt que reduce las temperaturas desde los 40º hacia el norte. Además, los vientos transportan masas de aire cálido hacia el sur y masas frías en sentido inverso, lo que, junto a lo anterior, explica la uniformidad térmica en Chile.

Las temperaturas en Chile disminuyen de norte a sur y de oeste a este; es decir, de mar a cordillera, por efecto de los cambios de altura que introduce el relieve.

Las precipitaciones
En Chile, las lluvias aumentan de norte a sur con gran regularidad. Mientras en Arica éstas son casi inexistentes (0,7 mm. anuales), a la entrada occidental del Estrecho de Magallanes llegan casi a 5.000 mm.

Además de la latitud, el relieve es el principal modificador de los montos de lluvia. Así, las precipitaciones cambian a lo ancho del territorio. Aumentan notablemente sobre las vertientes andinas, disminuyen en la Depresión Intermedia y aumentan en el litoral.

Zonas biogeográficas
De norte a sur del país, las formaciones vegetales se suceden ciñéndose estrechamente a las áreas climáticas y a la presencia del agua. Bajo este punto de vista, Chile puede ser dividido en tres grandes zonas fitogeográficas:

a) Zona xeromórfica: se extiende desde el límite norte hasta el río Peteroa. Esta zona corresponde a los climas áridos, lo que otorga a la vegetación características desérticas y estepáricas.

La vegetación es escasa y se encuentra adaptada a la falta de agua, lo mismo que los seres humanos. Además de escasa es discontinua, razones por las cuales plantas y animales nativos existen sólo en número reducido. Los recursos económicos más desarrollados son los bosques de tamarugos, los cítricos y olivos de los oasis.

b) Zona mesomórfica: corresponde al dominio del clima mediterráneo y se extiende entre los ríos Choapa al Itata. Mientras en las cordilleras la humedad es alta, en la Depresión Intermedia disminuye. Las lluvias se encuentran concentradas en invierno, con una marcada estación seca. En las zonas más favorecidas por la humedad se desarrollan los bosques y en las más secas, los matorrales densos y altos.

Esta zona concentra el mayor asentamiento humano del territorio y por consiguiente la vegetación autóctona se presenta muy alterada.

c) Zona hidromórfica: se extiende desde el río Laja hasta el extremo sur del país. En estos espacios no hay estación seca o ella se reduce a uno o dos meses : es el dominio de los climas húmedos. En estas condiciones se produce un desarrollo completo de vegetación, donde domina el bosque que incluye todas las formas vegetales, donde domina el bosque tupido de varios estratos vegetales, con rico sotobosque.

Pertenecen a esta zona los bosques de roble, cipreces, mañíos, araucarias y la llamada "selva valdiviana".

Flora y fauna
La flora autóctona de Chile varía según la zona climática. La región norteña presenta pocas variedades de vegetación (coirón, llareta, pajonales y cactáceas) y es uno de los mejores ejemplos de desierto absoluto en todo el planeta. El valle Longitudinal, más húmedo, cuenta con diversas especies de cactus, arbustos espinosos, pastizales y la araucaria, que produce piñones comestibles. Al sur de Valdivia se encuentran densos bosques húmedos en los que abundan el laurel, el roble, el raulí, el ñirre, el coihue, el ciprés, el mañío y el lingue, así como diversas especies de coníferas. El extremo sur se caracteriza por una vegetación de pastos esteparios.

La fauna es menos diversificada que en otros países de Sudamérica debido a la barrera que ofrecen los Andes. Entre los mamíferos autóctonos merecen mencionarse la llama, la alpaca, la vicuña, el guanaco, el puma, el zorro culpeo, el huemul (cérvido de tamaño medio), el pudú (cérvido pequeño) y la chinchilla. Las aves son variadas, aunque están ausentes los tipos sudamericanos predominantes. Además de la trucha, que fue introducida desde América del Norte, hay pocos peces de agua dulce en los ríos y lagos chilenos, destacando únicamente el pejerrey y el salmón. En la costa del mar abundan los peces, mariscos y mamíferos marinos gracias a la corriente fría de Humboldt.

Población
En comparación con otros países sudamericanos, Chile tiene una población relativamente homogénea. Los primeros colonizadores españoles se mezclaron con los indígenas, entre los que predominaban los araucanos; el mestizaje de ambos pueblos constituye más del 92% de la población.

La inmigración europea no fue en Chile tan importante como en otros países de América, ya que apenas se promovió en el siglo XIX. Sin embargo, los inmigrantes alemanes han representado una importante influencia en la región de Valdivia-Puerto Montt; también Italia, Suiza, Reino Unido, Yugoslavia y Francia han hecho importantes aportaciones a la población.

En la actualidad, menos del dos por ciento de los habitantes son de origen europeo, y sólo el seis por ciento es indígena, sobre todo araucanos, concentrados en la región meridional de la Araucanía.

Características de la población
Los habitantes de Chile (según resultados del censo 2002) suman 15.116.435 personas. De éstas, 7.447.695 son hombres y 7.668.740 son mujeres. Según tales cuentas, por cada cien mujeres, hay en el país 97,12 hombres (índice de masculinidad).

Entre 1992, año del último censo del siglo pasado, y 2002, la población creció a un ritmo promedio anual de 1,2 personas por cada cien habitantes. Durante la década anterior (1982 a 1992) esta tasa fue de 1,6.

El 90% de la población reside en la región central, entre Concepción y La Serena. Aproximadamente el 85% de los chilenos residen en centros urbanos y más de una tercera parte del país se concentra en Santiago. Las comunidades del sur y del desierto septentrional están bastante aisladas y separadas por largos tramos prácticamente deshabitados. (El próximo censo de población se realizará el 2012)





Ciudades principales
Además de Santiago, las ciudades más importantes de Chile son Concepción, un centro agrícola e industrial, Valparaíso, el principal puerto de mar; Viña del Mar, un popular centro turístico; y Temuco, ciudad del sur del país.

Economía
Desde los albores del siglo XX, la economía chilena ha estado dominada por la producción de cobre. A partir de la década de 1940, el sector industrial se ha expandido rápidamente, en gran medida por iniciativas gubernamentales. En la actualidad, Chile es uno de los principales países industrializados de América Latina, así como uno de los más importantes productores de minerales. En la década de 1970 se hicieron esfuerzos por impulsar al abandonado sector agrícola y para reducir la dependencia del país de las importaciones de alimentos. Tras una reducción de los cultivos más importantes a principios de la década de 1980, la producción agrícola se recuperó hacia finales de la década.

Tras la caída del gobierno de Salvador Allende en 1973, el Estado ha jugado un papel menos dominante en la economía, y la mayoría de las empresas nacionalizadas han vuelto a manos privadas. En 1993 el presupuesto nacional estimado era de 10.090 millones de dólares de ingresos y 9.241 millones de dólares de gastos (valor de cambio a octubre de 1994).

Agricultura
Aproximadamente el 15% de la población activa chilena se dedica a la agricultura, y los productos agrícolas representan cerca del 10% del producto interior bruto (PIB). A excepción de la cría de ovejas, que predomina en el extremo sur del país, el grueso de la actividad agrícola chilena se concentra en el valle Longitudinal. Desde la década de 1960, los programas de reforma agraria han conseguido incrementar el número de pequeños propietarios, y la productividad aumentó gracias a los modernos métodos de cultivo; sin embargo, sólo un 7% del territorio chileno se dedica al cultivo.

Los principales productos agrícolas son: trigo, papas (patatas), remolacha azucarera, maíz, arroz, tomates y avena. El sector frutícola es muy importante y comprende uvas, melones, manzanas, duraznos (melocotones), albaricoques (damascos), ciruelas y cerezas; el país cuenta además con una prestigiosa industria vitivinícola. En Tierra del Fuego y las llanuras de Magallanes es intensiva la cría de ganado ovino, que suponía en 1994 más de 4,5 millones de cabezas; la producción anual de lana es de unas 22.000 toneladas. También se crían ganado vacuno (3,8 millones), porcino (1,4 millones) y caballar (348.000).

Silvicultura y pesca
Los bosques cubren un 12% de la superficie de Chile. A finales de la década de 1980, la producción de madera se elevaba a unos 16,5 millones de m3, dividida en maderas duras (como el laurel) y blandas (como el pino), destinada a la fabricación de tablas, pasta de papel y papel. Favorecido por incentivos fiscales desde mediados de la década de 1970, el sector forestal representaba a finales de la década siguiente más del 10% de las exportaciones del país.

Chile cuenta con uno de los sectores pesqueros más importantes de Sudamérica; en el litoral se consiguen unas capturas anuales de aproximadamente 6 millones de toneladas. Las principales especies son la sardina, la caballa, la merluza, la anchoa y la langosta. La industria pesquera procesa en forma de harina, aceite y conservas la mayor parte de la producción. (Ver, Recursos marinos)

Sin embargo, el mar constituye para Chile un lugar de la mayor importancia geopolítica.

Recuerda que Chile se extiende hacia la inmensidad del océano que baña el extenso litoral, que posee en los continentes americano y antártico, donde además se insertan sus islas esporádicas y una avanzada insular en la Polinesia.

Este territorio oceánico de Chile está conformado por dos franjas acuáticas, con su correspondiente suelo y subsuelo marino, que tienen distinta connotación jurídica según el Derecho Internacional Marítimo (Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, Montego Bay, Jamaica 1982), a saber: el mar territorial, de doce millas de anchura, que comprende todas las aguas adyacentes a sus costas, donde la soberanía nacional es absoluta; y la zona económica exclusiva, que abarca hasta las doscientas millas desde las riberas o de las "líneas de base rectas" (límite externo de las aguas interiores: golfos, bahías y canales), donde los derechos soberanos de Chile sólo se ejercen en cuanto a su propiedad exclusiva de todos los recursos vivos o minerales existentes sobre la plataforma continental de esas aguas y en su lecho y subsuelo.
Una manera práctica de afianzar la soberanía sobre las aguas que consideramos propias es la de "poblarlas" con embarcaciones chilenas de tal manera que los que puedan venir a pescar a ellas, sin derecho a hacerlo, no se sientan amparados por la soledad. Que no continúe sucediendo el saqueo que se experimenta, por ejemplo, en los mares próximos a las islas de San Félix y San Ambrosio. Conviene tener en vista que, si es ampliamente justificado el esfuerzo económico y de personal que se hace por mantener nuestras bases en la Antártica, tanto o más se justifican los gastos que se hicieron en el sentido de reafirmar nuestra soberanía en las aguas de las 200 millas, sea por razones de subsistencia de la población actual como para preservar las productos de la pesca a las generaciones futuras.

Minería
Chile dispone de uno de los mayores yacimientos de cobre conocidos y es uno de los principales exportadores mundiales de este metal.
El cobre es el principal producto de exportación, constituyendo más del 50% del total anual; en 1994 la producción alcanzaba los 2,2 millones de toneladas.
El petróleo y el gas natural (descubiertos en 1945) se extraen en Tierra del Fuego y en el estrecho de Magallanes, con una producción, en 1994, de 714.100 m3 de petróleo (4,5 millones de barriles, aproximadamente) y 4.244 millones de m3 de gas natural.
La producción de hierro asciende a 8,6 millones de toneladas. (Ver Minería del hierro en Chile).
Chile cuenta también con importantes depósitos de nitratos, yodo, azufre y carbón, y extrae además plata, oro, manganeso y molibdeno.

Industria
El sector industrial aporta casi el 20% de la producción anual de Chile y ocupa aproximadamente al 27% de la población activa. La industria se basa fundamentalmente en el refinado y procesamiento de los recursos minerales, agrícolas y forestales. Chile es un importante productor de acero en Sudamérica, con una producción industrial por encima de 1 millón de toneladas en 1993. También se refina el cobre y varias refinerías de petróleo utilizan materia prima nacional e importada. Otras industrias importantes se centran en la producción de cemento, pasta y otros derivados del papel, productos alimentarios, textiles y confección (algodón, lana y sintéticos), tabaco, vidrio, productos químicos y azúcar. También son importantes las plantas de montaje de vehículos. El grueso de la industria nacional se concentra en torno a Santiago y Valparaíso; otro importante centro industrial es Concepción.

Energía
Las centrales hidroeléctricas chilenas tenían una potencia instalada de 4,8 millones de kW y, hacia 1994, generaban 25.267 millones de kWh. La fuerte corriente de los ríos que bajan desde los Andes y de las cadenas costeras constituye ricas fuentes de energía hidroeléctrica. Se han adoptado importantes iniciativas para aprovechar estos recursos, y a finales de la década de 1980 Chile cubría ya las tres cuartas partes de su consumo con energía proveniente de estas fuentes. (Ver, Energía en Chile)

Transportes
Con una red vial de aproximadamente 79.293 km, de los cuales un 15% están pavimentados. Los ferrocarriles totalizan unos 8.800 km y se utilizan en su mayor parte para el transporte de minerales en el norte del país. El principal sistema norte-sur está conectado con ramales a las ciudades litorales más importantes y mediante líneas trasandinas a ciudades de Argentina y Bolivia. Los puertos naturales son escasos, destacando Antofagasta, Valparaíso, San Antonio y San Vicente-Talcahuano. El aeropuerto internacional más importante es el situado en las cercanías de Santiago; también hay aeropuertos en Arica, Antofagasta, Puerto Montt y Punta Arenas.

Comercio exterior
Las exportaciones de Chile (1994) supusieron unos 9.416 millones de dólares; los metales y minerales representaron más de la mitad de este total y el resto lo constituían las frutas y verduras, carnes y pescados, pasta de madera, papel y productos químicos. En ese mismo año, las importaciones alcanzaron unos 11.125 millones de dólares y fueron fundamentalmente de maquinaria y equipos de transporte, verduras y carnes, equipos eléctricos y productos químicos. Los principales socios comerciales de Chile son Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Argentina y Brasil.

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